Entre las faldas del volcán Llaima y los deshielos de sus aguas brota este elemento capaz de convertir una semilla en flor. Abrazados por volcanes, bosques ancestrales y cordillera, surge desde la humedad del ambiente y protegido por las delicadas espinas de sus ramas, esta pequeña baya silvestre azul negruzco del sur de Chile.

Escasamente encontrado en La Araucanía, el calafate se deja entrever en las proximidades de la cordillera en cantidades pequeñas. De aquí surge el proyecto “Calafates del Llaima”, escondido entre la naturaleza andina de la región de La Araucanía, en un lugar excepcional alejado a 18 km de la ciudad de Curacautín, se establece firme con miras al Volcán Llaima, un domo habilitado para hospedar y ofrecer un espacio de descanso a los visitantes.

Como la naturaleza se adapta a los cambios de la civilización, también nosotros nos adaptamos a las nuevas necesidades de las personas, desde el sentido de la accesibilidad e inclusión.